Las familias suelen notar infecciones frecuentes y graves en las primeras semanas o meses de vida: cosas como muguet persistente, diarrea crónica, neumonía o infecciones que no mejoran con los tratamientos habituales. La detección neonatal en muchas regiones puede señalar cifras bajas de linfocitos T, de modo que a veces se identifican los primeros signos de inmunodeficiencia combinada grave (SCID) por deficiencia de DCLRE1C antes de que empiecen los síntomas, lo que lleva a una derivación urgente a un especialista en inmunología. Los médicos también pueden detectarla tras reacciones inusualmente graves a vacunas vivas (como la de rotavirus) o una escasa ganancia de peso; en conjunto, estos hallazgos despiertan la sospecha de “primeros signos de SCID” y explican cómo se identifica por primera vez la SCID por deficiencia de DCLRE1C.